How I see the world

martes, 3 de diciembre de 2013

La tortuga leridiana, la tortuga que vivió con los dinosaurios.

Paleontólogos catalanes han sido testigos del descubrimiento de restos fosilizados de una nueva especie de tortuga que, según parece, convivió con dinosaurios y que se extinguió con ellos en el período Cretáceo.
Dichos restos han sido hallados en la provincia de Lleida, entre los que cabe destacar los encontrados en el Barranc de Torrebilles, entre 2008-09, no publicándose hasta ahora, 2013, la noticia.

La nueva especie de tortuga ha sido nombrada como Polysternon Isonae, en reconocimiento al municipio de Isona, donde han sido encontrados los restos fósiles. Este yacimiento ha sido posible debido a la importante constancia de campañas de excavación que se vienen dando en la zona.
En la Prehistoria, el Prepirineo Leridiano era una llanura con tripa tropical, donde vivieron entre 65 y 70 millones de años dinosaurios, cocodrilos, peces y un largo sinfín de especies.
Exactamente se han encontrado decenas de placas derivadas de la fragmentación del caparazón y dos fragmentos de armazón. Una vez estudiados, han descubierto que dichas tortugas tenían el caparazón ovalado y que medían 50 cm de largo y 40 de ancho.
Hasta ahora, se conocían solo dos especies del género Polysternon, que habitaban en el sur de Francia y la Península Ibérica y eran animales adaptados a la natación que vivían en el fondo de lagos y ríos. A diferencia de estas especies, la tortuga leridiana no sobrevivió al final del Cretácico y se extinguió al mismo tiempo que los dinosaurios.

Los paleontólogos creen, además, que la especie descubierta en Lleida fue la última especie de este género.
          Reconstrucción de la tortuga ’Polysternon isonae’ a partir de los restos fósiles recuperados en Isona.

lunes, 2 de diciembre de 2013

'Plus Ultra, la segunda casa de muchos habitantes de Palos de la Frontera'

Ni que decir tiene que el ejercicio físico es uno de los dos pilares junto con una buena dieta equilibrada, de llevar una vida saludable.
Pero el deporte, en este pequeño pueblo del sur de España situado en Huelva, es algo más que eso para los cientos de personas que, a diario, visitan el gran polideportivo que reside en él. Para ellos, ya se ha convertido esto en un estilo de vida, y del que sin ello, se sentirían vacíos, ya que todo a su alrededor gira ahora en torno a ello.
El cariñoso trato de los entrenadores hacia los niños, los derechos básicos que estos inculcan y la gran importancia que le dan al disfrute del deporte, no simplemente a la competencia (que también), son algunos de los grandes privilegios que poseen los deportistas palermos. Y es que el deporte aquí es una maravillosa mezcla de calidad y cantidad.
Este 'parque del disfrute' fue creado con el objetivo de agradar al pueblo palermo (y posteriormente de las afueras también) y satisfacer sus necesidades respecto al deporte.
Dicho polideportivo cuenta con muchísimas instalaciones, entre las que cabe destacar:







Está situado en la Avd/ Bayona la Real S/N, con un horario bastante adaptado, de lunes a sábado de 9:00 a 22:30h. Teléf: 959990041
Cada vez somos más los que estamos enganchados a baloncesto, fútbol, bádmiton, etc. Y ya no solo los que habitamos aquí, sino varia población perteneciente a la capital o a los pueblos cercanos, ya que está nombrado como uno de los mejores polideportivos de toda Huelva.
Como consecuencia de ello, familias de niños que practican algún deporte, los acompañan en sus partidos 'en casa o fuera', disfrutan de ello como una actividad de ocio en familia y sufren con ellos si ven que le han echo una falta, si ven que no han metido ese tiro libre que cambiaría el partido, o si ven que les ha faltado solo dos segundos nadando para quedar primeros en la carrera a mariposa. Son pequeños detalles que hacen reforzar la relación paterno-filial y hacen de Palos un pueblo lleno de alegría, deportividad, compañerismo y ganas de luchar por lo que quieres.
Te aconsejo que vengas a verlo, y si te apetece, probar a ver algún partido o, por qué no, probar un día o una semana en practicar algún deporte, sin compromiso a nada. Si rechazas mi consejo, lo respeto, si lo aceptas y lo pones en marcha, te prometo que será el mejor año de tu vida y que no te arrepentirás.
¡Únete y vive experiencias inolvidables con todos nosotros!

Cuando echas de menos a alguien.

Te levantas y es un nuevo día. Un buen día para muchos, no tanto para otros. Te duchas, te vistes y desayunas de mala gana y sin prisas. Antes de irte, miras algo que hay sobre tu mesita de noche. Uau, cuántas horas al día pasas pensando en la persona que se esconde tras esa foto tan maravillosa. Sonríes de lado, aunque con lástima, y te marchas de tu habitación, a empezar la rutina matinal. Te pasas toda la mañana perdida en clase, dándole vueltas a tu imaginación un tanto utópica. ‘Ya basta’, dices. Intentas centrarte en tus estudios, pero la nostalgia te conmueve por dentro. Piensas en lo cerca y tan distante que lo tienes a la vez, y te indignas.  Te indignas por el inconformismo que te llena y la impotencia  de tener a 14 horas de avión, a medio mundo, a dos veranos,  a una de las personas que más quieres en este mundo. Hablar por teléfono o vía Skype ya no te vale. Llevas 18 años de tu vida viéndole sonreír,  dándole abrazos y pasando los mejores momentos  que una cría puede pasar con su tío preferido. Y ahora la maldita distancia, sumada a la grave crisis que abunda en nuestro país, te prohíbe tenerlo a centímetros.
¿No es acaso el amor paterno-filial  lo que más importa? Porque así es nuestra relación.
Nada de ‘qué pasa tito’, nada de ‘qué pasa, sobrina’. Estamos increíblemente conectados el uno con el otro de tal manera que con solo mirarme a la cara, ya sabe qué me pasa. El único que me conoce verdaderamente, sin haber dicho o entablado una palabra.
Todo esto se te viene  a la mente las seis horas que pasas en el instituto, ese centro odioso que realmente solo te causa estrés y discusiones con tu madre. Llegas a casa, almuerzas y te tumbas en tu cama. Pones tu serie favorita y la ves abrazada a tu osito de peluche. Y, de repente, te das cuenta de que hay algo más allá de esa serie. Tras ella, se esconden sentimientos y recuerdos en los que en cada capítulo te emocionas al contemplar el increíble parecido de tu tío con el personaje principal, tu favorito. Joder, lo echas de menos.
Duermes un rato, te cambias la ropa por una de deporte y sales a la calle a jugar unas horas a basket  y despejarte. Cada tiro metido, cada triple, o cada finta con resultado, va dedicada a él.  Te encantaría que estuviera animándote en tu partido del jueves, pero no puede, por mucho que lo desee. De repente, te empiezas a desmotivar y hasta el coger el balón y dar dos botes te molesta. Te duchas, te vuelves a casa, cenas y abres la mochila. ‘Puf, vaya coñazo’, piensas. Sacas e intentas hacer la tarea del día. La haces y te das cuenta de que tienes que repasar lo dado esta mañana. Llevas todo el día amargada por esa persona así que optas por pasar , miras de nuevo la foto, le das un besito y sonríes. ‘Pero qué guapo es’, susurras.  Tachas el día de hoy en un calendario enorme que cuelga en el armario de tu habitación, cuentas los días que faltan para tenerlo de nuevo cerca, ríes y te vas a la cama ilusionada, pensando en que no has estudiado para el examen de mañana pero.. qué más dan los estudios, el dinero, la salud..cuando realmente uno no tiene lo verdaderamente quiere.
Y es así, amigos, cómo paso mi día a día. Solo faltan diecisiete días. Estoy deseando llegar esa mañana al aeropuerto, ver cómo llega el avión procedente de Ciudad de El Cabo y darle ese abrazo en el que casi lo caiga para atrás de la emoción y las ganas, y oler mi colonia favorita, la suya, su barbita de tres días pinchándome y haciéndome algo de daño, pero soportable, y esas cosquillas en los costados y abdomen que tanta gracia me causan.




Solo 17 días para volver a sonreír. Wishing and waiting it J

¿Y tú, echas de menos a alguien?

viernes, 11 de octubre de 2013

PLAN BOLONIA.

Muchos de nosotros llevamos escuchando las dos palabras de mi título varios años, centrándonos más en los últimos meses. Cientos de estudiantes se han tenido que poner a trabajar por dichas palabras y/o han perdido un año de clase para ahorrar todo lo posible para poder pagar su primer año de universidad (los más afortunados).
El otro gran porcentaje ha dejado sus ilusiones a un lado, ha echado la cabeza hacia abajo y se han indignado ante dicha situación.
La grave crisis que abunda en nuestro país ha hecho que la clase estudiantil esté enfrentada a un precio de cifras impagable para muchos, que le obligan a no poder pagar su matrícula universitaria. Igualar todas las carreras de Letras a cuatro años, doblar el precio de cada curso matriculado y tener una pésima conexión entre todas las universidades españolas, son propuestas creadas por el Gobierno de España.
¿Injusticia, justicia, o simplemente al Estado no le conviene que la juventud española tenga una carrera, y sepan y puedan razonar a un nivel algo peligroso para ellos, los más ricos, la clase minoritaria?
La verdad es que nadie sabe por cuánto tiempo seguirá esta crisis engañosa en la educación, solo ellos.
Cabe criticar también la importancia que tiene esto para nosotros, estudiantes españoles. ¿Tenemos que aceptar que jueguen con nosotros y nuestra educación de esta manera? ¿Tenemos que aguantar que nuestro futuro esté en manos de unas 'balas perdidas'? ¿Por qué todos se quejan y no hacen el 'esfuerzo' de manifestarlo en público? (no digo que gran parte no lo haga, sólo que por muchos que sean, siempre serán pocos). ¿Es miedo?, ¿es vagueza?, ¿o sólo conformismo?. Los jóvenes estamos aguantando y soportando todo lo que al Estado le viene en gana, mientras otros siguen dedicándose al sobornismo y robo de ese dinero que has tardado meses en reunir. Nos hacen creer que pagando el doble de dicha tasa, todo irá mejorando, pero.. ¿por qué confiar en una administración que ni te garantiza un puesto trabajo al finalizar de la carrera? Son cosas que nunca entenderé pero, queridos, estamos en España.

lunes, 30 de septiembre de 2013

El último curso

Aún recuerdo mi primer día de colegio. El olor a tiza, a Nenuco, a nuevo. Mi primera mochila, esa tan pequeñita pero que me llegaba casi por los tobillos si la cogía con la mano. Mi primera mascota de clase. Mi primer examen. Mi primer sobresaliente. Mi primer suspenso. Cómo lloraba, uau. Mi primer castigo, por hablar demasiado o leer libros que traía de casa. Mi primera amiga, la mejor de todas. Todas y cada una de la veces que deseaba que acabara el verano para que empezara el nuevo curso.
Cómo han cambiado los tiempos. A medida que fui creciendo fui perdiendo poco a poco el interés de ir a clase. Me gustaba y me gusta aprender cosas nuevas, pero no cómo las aprendo. Lo justo sería ir a clases que te gusten por el simple hecho de querer aprender lo que más te gusta, por saber más de cada una de ellas y cultivarte como persona. O por las notas. No por sacar tal nota en selectividad el día de mañana. No porque tu nota esté regida a poder entrar o no en una carrera que siempre ha sido el sueño de tu vida.
Las normas se van haciendo más duras a medida que vas creciendo y, cada vez, la responsabilidad es mayor. Llega un punto en el que estás tan controlado y presionado que pierdes el interés por ciertas cosas. Pero sigues estudiando, pero ya por el día de mañana, no con la misma ilusión de antes, no por querer culturizarte, eso ya es un segundo plano. Solo una minoría va porque ame estar seis horas encerrados en un centro, o bien porque le guste lo que verdaderamente está haciendo. ¿La verdad? No sé en qué grupo incluirme, pero el de amar el instituto descartado. La clave está en dejarse llevar, y no decaer.
A medida que van pasando los años, piensas en que el siguiente curso será aún más difícil que el anterior, pero que los pequeños pasos que vas dando con cada uno de ellos, algún día darán su fruto. Y cuando te das cuenta, ya estás en lo alto, en el último curso. Te sientes orgulloso de ti mismo por haber llegado hasta ese punto. En haber ignorado esos 'no vas a poder, la cosa se complica cada vez más y te acabarás cansando'. En haberte perdido aquella fiesta el día anterior a un examen, y en todo lo que has trabajado para llegar un escalón bajo la cima. Ha merecido la pena. Ahora solo queda seguir igual y matar cada pajarito que se te pase por la cabeza. Tú puedes, y lo vas a hacer. Vas a llegar a selectividad al finalizar el curso y, además, vas a sacar buena nota. Una con la que te sientas satisfecho, bien contigo y con ganas de entrar en esa carrera gracias a tu nota, a tu empeño, a ti.
No sé por cuánto tiempo me durará esta motivación pero espero que mucho. Estamos en este mundo para cumplir nuestros sueños, y yo lo voy a hacer. Voy a sacarme 2 Bachillerato de Humanidades, voy a sacar una notaza en Selectividad y voy a estudiar periodismo. Porque es lo que me gusta, lo que de verdad quiero y me alegra tenerlo tan claro. Yo puedo, y lo voy a conseguir.