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martes, 4 de febrero de 2014

Campeonato de Andalucía de Minibasket 2014.

Hace apenas unos días, concretamente los 24, 25 y 26 de este mismo mes, en Málaga se ha dado un gran ambiente de niños, juventud y familiares de diferentes edades (desde 'papis' hasta abuelitas) llenos de esfuerzo, ilusión y ganas. ¿A qué se debe esto? Al baloncesto, uno de los principales pilares de la vida de dichas personas.


Todos los años, se celebra el Campeonato de Andalucía de Minibasket en Almería ( Ejido) , pero este año, la suerte a caído en Benahavís-Estepona (Málaga). Y digo suerte, porque este evento cuenta con un cúmulo de sensaciones, sentimientos, aventuras, e inesperados descubrimientos.
Para poder participar en este campeonato, los niños de cada ciudad (de tan solo 10 y 11 años) han tenido que trabajar y entrenar muy duro día a día. En el evento, participan las ocho ciudades por las que está compuesta Andalucía: Huelva, Sevilla, Cádiz, Málaga, Granada, Córdoba, Jaén y Almería. Cada provincia está formada por 12 niños, escogidos de entre todos los equipos de cada pueblo de cada provincia. Lo que quiero decir es, que en un principio, había como 50 niños escogidos para la Selección de cada provincia. Durante tres meses entrenando y viendo cómo avanzan y mejoran los críos, lo entrenadores de cada ciudad (dos entrenadores y un delegado) van eliminando y echando a los menos talentosos.Y digo menos, porque todos lo son. Todos y cada uno de los niños son especiales y tienen algo que otro no: luchador, veloz, buena mano, buena visión del juego..

El baloncesto es un deporte de equipo, de ataque y defensa, de rapidez mental y velocidad física. De salto, de toma de decisiones, de respeto, de buen rollo y juego limpio. De elegancia, de libertad, superación e ilusión.

El campeonato lo jugaron los equipos Masculino y Femenino de cada una de las selecciones.Podía notarse que la mayoría de las niñas a esa edad son más altas y maduras que los niños. Podía notarse que este año el género que mandaba era el femenino, que venía pisando fuerte. No todas las generaciones son buenísimas, hay años en los que hay más nivel, otros menos, ?cuestión de suerte o entreno?
Durante esos tres días se jugaban en pabellones distintos (según el género) los partidos entre selecciones. En el Pabellón Cubierto Benahavís (Avda. Margarita s/n- Benahavís) y Pabellón Municipal La Lobilla (Camino de Los Molinos s/n- Estepona).
Yo os puedo hablar desde mi caso, el de Huelva. Fui a ver y animar al onubense masculino, ya que uno de mis primos favoritos participaba.
El primer día, se jugó a las 19:00h Huelva vs Granada. Perdimos de 23. El segundo, dos partidos. Uno a las 12:00h, Huelva vs Jaén. Nos cerraron el acta. El otro, a las 17:00h, Huelva vs Málaga. Nos volvieron a cerrar el acta. Tercer y último día, a las 10:00h, Huelva vs Cádiz. Perdimos de 16.

                                                                           


La lista final del Campeonato quedó de la siguiente manera:
                       MASCULINO:                                                         FEMENINO:
                      1. Málaga                                                                       1. Málaga.
                      2. Sevilla                                                                        2. Sevilla
                      3. Jaén                                                                           3. Cádiz
                      4. Cádiz                                                                         4. Huelva
                      5. Córdoba                                                                    5. Granada
                      6. Granada                                                                     6. Almería
                      7. Almería                                                                      7. Sevilla
                      8. Huelva                                                                        8. Jaén

Como podéis ver, quedamos últimos; aunque las niñas se quedaron a nada de traer para su tierra la de Plata. Nadie derramó una lágrima en un solo segundo. ¿Los críos? ¡Ellos aún menos!. La felicidad que transmitían sus sonrisas y ojos daban mucho que decir y por lo que reflexionar. Ellos no estaban furiosos por haber quedado octavos, no se comportaron como niños, que es lo que son, pataleando y tirando con fuerza las botellas de agua contra el suelo, ni tampoco entraron al vestuario cabizbajos con ganas de irse. No, para nada, es más, ese fue el momento clave en el que todos los familiares y/o asistentes nos dimos cuenta de lo maduros que fueron.
Risas y más risas, abrazos y gestos afectivos entre ellos y por parte de los entrenadores. Caras tristes, pero sólo porque tardarían muchísimo en ver de nuevo a esos amigos que acababan de hacer, contra los que les habían tocado jugar y perder, pero a los que animaban cuando jugaban contra otras selecciones y de los que tanto habían aprendido.


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