How I see the world

lunes, 30 de noviembre de 2015

Hay tanto que echo de menos...

Echo de menos tus coscorrones, tu risa tan peculiar, que me traigas montones de kilos de mi fruta favorita cada otoño.
Echo de menos...todo de ti, todo...que me riñas, que te rías de mí, que comamos juntos aceitunas, que seas el único que sepa que éstas no pueden faltar en la mesa, que me abraces y se me quite el frío, que paseemos por el campo mientras me cuentas tus historietas, tus gamberradas...
Echo de menos tus preciosos ojos verdosos llenos de ilusión, fortaleza y generosidad. Echo de menos verdaderamente tener una necesidad básica y  poder resolverla al instante. Echo de menos ir a aquella tienda de siempre un mes antes de mi cumpleaños y elegir otro juego de mesa, y que de paso le lleves una flor a la más bella de todas.
Echo de menos tus propuestas, tu caridad, tu simpatía, tu firmeza, tu serenidad, tu naturalidad, tu impaciencia, tu barbilla rasposa, tus manos rugosas acariciando las mías debajo de la ropa camilla, tu afecto, tu cariño, tu positividad, a ti.
Echo de menos las competiciones de pelar habas en el patio, verte sentado en tu sillón, ver la tele encendida, o un par de copas de chocolate a medio comer sobre la mesa.
Echo de menos que me ofrecieras tu cena cuando venía cansada de estudiar y que te excusaras con que no tenías hambre. También echo de menos las barbacoas contigo y que te fueras en víspera de Navidad el primero a la cama para poder despertarte temprano al día siguiente, eso, eso tan característico de ti, tu personalidad, tu emprendimiento, tu valentía, tú.
Echo de menos tus borregas, tu generosidad, la cara de payasete que ponías cada vez que te hacía una foto, tu chándal azul grisáceo, tus gorras, tus sombreros, tus abrigos, tus cachetes sonrojados, tu torrente de voz, incluso tus tormentas. Echo de menos oírte cantar coplillas, algunas inventadas, el sonido de tu pierna coja, el de tu bastón...Maldito bastón...hace que te eche de menos.

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