How I see the world

lunes, 5 de mayo de 2014

632kms (4).

Me levanté de la cama rápidamente, esperanzado, me estiré y fui al baño, me aseé y volví a mi habitación. 
Por raro que parezca iba sin prisas, a mi propio ritmo, sabía que todo estaba conseguido, así que estaba bastante relajado.
Me vestí, me puse unos vaqueros caídos, de los que siempre solía llevar, unas zapatillas VANS y una camiseta VANS rosa, la que pensaba regalarle a ella. 
Saqué nuevamente la maleta de debajo de la cama, la llevé hasta abajo y volví a subir a por mi guitarra preferida. Acaricié suavemente las cuerdas, fue mi primera guitarra, así que fue la elegida para venir conmigo. Desde pequeño he tocado la guitarra, y cada vez que acaricio las cuerdas de una, de esta en especial, siento que todo se para, que el mundo me da una palmada en la espalda y me dice: ''Te has ganado un respiro chaval''. La metí en su funda y la dejé la lado de la puerta para bajarla más tarde.
Desde siempre he sido aficionado al surf, y no iba a ningún lado sin mi tabla, pero esta vez sabía que no podía llevarla, que no podía venir conmigo. Fui al estante en la que la exponía, la acaricié y me dije a mi mismo: <<Pienso volver a por ti, hemos pasado demasiados momentos juntos como para dejarte aquí por una chica, ¿eh?>> Solté una carcajada yo solo, realmente me sentí un poco estúpido.
Sonreí, no sé muy bien por qué. Cogí la guitarra y bajé.
Tenía el desayuno preparado, así que me senté a la mesa a comer, fui el último en llegar, hablaban sobre nuestra ida de casa, mi madrastra no estaba del todo de acuerdo en que me llevase a mi hermana pequeña, pero ella replicaba con argumentos como que nadie sabe contarle cuentos como yo, o cantarle sus canciones para ir a dormir.
Una vez que ambos terminamos de desayunar, mi padre nos llevó al aeropuerto, sólo él vino a con nosotros y se quedó a despedirnos, cosa que a mi hermana le entristeció bastante.
Tras un montón de controles y una breve despedida, subimos al avión, obviamente mi hermana y yo íbamos sentados juntos, ella llevaba entre sus brazos su perro de peluche, Pacoperro lo llama ella, y yo había sacado previamente mi iPod de la mochila que llevaba para tener a mano durante el viaje.
Los primeros minutos de viaje estuve conversando con Sara, mi hermana, todo estupideces y bromas, desde luego siempre nos hemos llevado bastante bien, la quiero mucho.
En cuanto pasó un rato, empezó a entrarle sueño, y se quedó dormida abrazada a Pacoperro, apoyada en mi hombro. Yo, que no conseguía calmarme, me puse los cascos y me puse a escuchar esas canciones que tanto me recordaban a ella. Al final, me acabé por dormir también.
-Señores pasajeros, comunicamos que efectuaremos la llegada al aeropuerto de Sevilla en breves minutos, gracias por viajar con nosotros- Se escuchó decir a la azafata, mientras mi hermana me sacudía de los hombros, gritando una y otra vez mi nombre.

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